La Robótica en Colombia
Cuando se habla de tecnologías de punta, un robot es con mucha probabilidad la primera imagen que llega a la mente. Nada más futurista que un robot, y en Colombia se fabrican unos cuantos, dignos de ver. Y aunque es verdad que el país está lejos de una utilización intensa de la robótica, como ocurre por ejemplo en Japón o en Estados Unidos, hay investigación en el tema y una incipiente producción de este tipo de máquinas en varios centros académicos e industriales colombianos.
La compañía A1A Visa, con sede en Bogotá, fabrica uno muy llamativo, especializado en vigilancia y seguridad. Los ingenieros lo bautizaron simplemente Robot vigilante, se esmeraron en darle una apariencia impactante y, por supuesto, en lograr que haga bien sus tareas. Este robot puede recorrer un piso de oficinas y percatarse de la presencia de humanos en el área, detectar conatos de incendio u otras emergencias y comunicarlo vía inalámbrica a una central. Dejará sin empleo a muchos 'ronderos' en edificios y zonas industriales y está dotado de una cámara de video con zoom 10x y giro horizontal y vertical, no se estrella con ningún.
obstáculo (una habilidad no tan sencilla de incorporar en una máquina móvil) y dispone de sensores de temperatura, humo, gases e inundaciones. El ingeniero Eduardo Cuervo, presidente de A1A Visa y padre del Robot vigilante, tiene numerosos pedidos de Brasil, en donde su criatura causó sensación el año pasado, durante un congreso internacional de seguridad.
Algunas de las grandes empresas de la industria nacional han incorporado poderosos robots en sus procesos de producción. Destaca la industria automotriz, en donde es obligatorio por razones de competitividad el uso de autómatas como los que utiliza la compañía Colombiana Automotriz Mazda, o los brazos mecánicos en la planta de la compañía Corona, en Mosquera, Cundinamarca. "Pero las pequeñas y las medianas empresas están todavía ajenas a la robótica, en razón de los altos costos de estas infraestructuras", explica el ingeniero Luis Eduardo Rodríguez, director del Centro de estudios en bioingeniería, de la Escuela Colombiana de Ingenieros Julio Garavito, con sede en Bogotá. Este es un importante epicentro de investigación en robótica, especialmente orientado hacia el área de la salud. Saltaron a la fama hace siete años, cuando implantaron la primera mano artificial creada en Colombia, a la famosa paciente Virgelina Contreras, una niña de 15 años. La mano ha sido mejorada sin pausa desde entonces y recibió elogios en Barcelona, en donde fue implantada recientemente en pacientes españoles de los hospitales San Juan de Dios y Valdhebrón. "Nosotros cambiamos el modelo clásico de la ortopedia, basado en la secuencia cerrar -abrir- parar, por el de agarrar -soltar- parar, con lo que logramos un mejor acercamiento a la mano humana", explica. La mano puso esta universidad a la vanguardia de la robótica médica en el país. El doctor Rodríguez lidera investigaciones en robótica para la ortopedia, en alianza con el Centro de Rehabilitación Teletón y el Cirec, dos de las más destacadas instituciones nacionales en este campo. En la clínica Teletón se instalará un robot que medirá la bondad de las técnicas de acuaterapia; la máquina filma bajo el agua la marcha de los pacientes en rehabilitación y analiza los ángulos biomecánicos para determinar si hay o no aumento del tono muscular y de la potencia física del individuo en tratamiento.
Cuando se habla de tecnologías de punta, un robot es con mucha probabilidad la primera imagen que llega a la mente. Nada más futurista que un robot, y en Colombia se fabrican unos cuantos, dignos de ver. Y aunque es verdad que el país está lejos de una utilización intensa de la robótica, como ocurre por ejemplo en Japón o en Estados Unidos, hay investigación en el tema y una incipiente producción de este tipo de máquinas en varios centros académicos e industriales colombianos.
La compañía A1A Visa, con sede en Bogotá, fabrica uno muy llamativo, especializado en vigilancia y seguridad. Los ingenieros lo bautizaron simplemente Robot vigilante, se esmeraron en darle una apariencia impactante y, por supuesto, en lograr que haga bien sus tareas. Este robot puede recorrer un piso de oficinas y percatarse de la presencia de humanos en el área, detectar conatos de incendio u otras emergencias y comunicarlo vía inalámbrica a una central. Dejará sin empleo a muchos 'ronderos' en edificios y zonas industriales y está dotado de una cámara de video con zoom 10x y giro horizontal y vertical, no se estrella con ningún.
obstáculo (una habilidad no tan sencilla de incorporar en una máquina móvil) y dispone de sensores de temperatura, humo, gases e inundaciones. El ingeniero Eduardo Cuervo, presidente de A1A Visa y padre del Robot vigilante, tiene numerosos pedidos de Brasil, en donde su criatura causó sensación el año pasado, durante un congreso internacional de seguridad.
Algunas de las grandes empresas de la industria nacional han incorporado poderosos robots en sus procesos de producción. Destaca la industria automotriz, en donde es obligatorio por razones de competitividad el uso de autómatas como los que utiliza la compañía Colombiana Automotriz Mazda, o los brazos mecánicos en la planta de la compañía Corona, en Mosquera, Cundinamarca. "Pero las pequeñas y las medianas empresas están todavía ajenas a la robótica, en razón de los altos costos de estas infraestructuras", explica el ingeniero Luis Eduardo Rodríguez, director del Centro de estudios en bioingeniería, de la Escuela Colombiana de Ingenieros Julio Garavito, con sede en Bogotá. Este es un importante epicentro de investigación en robótica, especialmente orientado hacia el área de la salud. Saltaron a la fama hace siete años, cuando implantaron la primera mano artificial creada en Colombia, a la famosa paciente Virgelina Contreras, una niña de 15 años. La mano ha sido mejorada sin pausa desde entonces y recibió elogios en Barcelona, en donde fue implantada recientemente en pacientes españoles de los hospitales San Juan de Dios y Valdhebrón. "Nosotros cambiamos el modelo clásico de la ortopedia, basado en la secuencia cerrar -abrir- parar, por el de agarrar -soltar- parar, con lo que logramos un mejor acercamiento a la mano humana", explica. La mano puso esta universidad a la vanguardia de la robótica médica en el país. El doctor Rodríguez lidera investigaciones en robótica para la ortopedia, en alianza con el Centro de Rehabilitación Teletón y el Cirec, dos de las más destacadas instituciones nacionales en este campo. En la clínica Teletón se instalará un robot que medirá la bondad de las técnicas de acuaterapia; la máquina filma bajo el agua la marcha de los pacientes en rehabilitación y analiza los ángulos biomecánicos para determinar si hay o no aumento del tono muscular y de la potencia física del individuo en tratamiento.